Mermelada de madroños
Fruto del desconocimiento sobre este tipo de mermelada salió la gana de elaborarla, para ello teniendo estos bellos frutos lo que necesitábamos era una receta que buscamos en Internet, allí encontramos versiones diferentes y realizamos una mezcla de varias.
Las mermeladas siempre requieren los mismos ingredientes más o menos: La fruta, el azúcar y un pequeño volumen de agua, dependiendo de las características de los frutos.
Los madroños al contar de forma natural con mucha pectina necesitaban algo menos de azúcar de lo que suele ser habitual. Esta es una receta que es un tanto enredosa.
Ingredientes: Vinimos empleando para un kilo de fruta bien madura como 700 gramos de azúcar, más un vaso de agua y el zumo de un limón.
Lo primero de todo lavamos la fruta, pero antes de ello separamos los madroños que estaban más maduros y les fuimos quitando las semillas con la intención de intentar su reproducción en el otoño- invierno-primavera..
La fruta lavada la pusimos en el fuego con un vaso de agua, de los grandes, y unos 100 gramos de azúcar. Al calentar la fruta los madroños maduros casi que se derretían, pues se deshacían, quedando solo la pulpa y los numerosos granillos que forman su corteza.
Cuando toda la fruta está desecha sin que llegue a hervir, el líquido lo pasamos por un colador con la malla muy fina, y fue necesario pasarlo por el tamiz más de una vez, pues los granillos tardan en desaparecer.
La pulpa resultante se colocó en una cacerola, junto con el azúcar restante y el zumo de los limones, que en mi caso usamos en el momento final de eliminar las granillas para hacer más fluida la pulpa y que colase mejor.
Todo junto se llevó a ebullición y es necesario que se vigile en el fuego pues tiene densidad suficiente para que tienda a pegarse. Se tiene unos minutos en el fuego, pero no demasiados pues por la cantidad de pectina de la fruta se densifica y cuando se ve que va adquiriendo consistencia se quita del fuego y se deja enfriar.
A partir de ese momento la envasamos o consumimos como suele ser habitual. La mermelada presenta un sabor delicado que recuerda ligeramente al membrillo pero la consistencia es diferente a la de este, más suave y quizá gelatinosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario